El proceso generalmente comienza con una lesión previa, como una fractura del húmero o clavícula, o una simple bursitis o tendinitis del manguito rotador, hasta un desgarro del mismo.
La inflamación causa dolor típicamente en forma vespertina, por la madrugada y al levantarse. El mismo miedo al dolor hace que uno mismo restrinja el movimiento y al pasar los días nos sorprendemos al darnos cuenta de que de pronto ya no podemos levantar el hombro para peinarnos, ponernos la camisa o blusa , abrochar la ropa interior y hasta nos limita en nuestras actividades de higiene intima, todo esto se llama limitación de actividades de la vida diaria.
Cuando el hombro queda inmovilizado de esta manera, el tejido conectivo que rodea la articulación glenohumeral y la cápsula articular, se engrosa y contrae, perdiendo de esta manera su capacidad normal de estiramiento.
En casos avanzados, no solo es el dolor y la limitación del hombro, también se van comprometiendo los músculos cercanos al hombro y escápula simulando un dolor de tórax.
En los estadios iniciales es que se produce el mayor dolor y es cuando los pacientes acuden al médico. Cuando el estado es crónico ya no produce mayor dolor solo limitación del movimiento.
Todo esto puede desarrollarse entre 2 a 9 meses, pero hemos tenido pacientes que lo han presentado en menor tiempo.
Quiénes tienen mayor riesgo a realizar un hombro congelado:
Los adultos mayores, las personas que realizan actividades repetitivas y cargas de peso, los sedentarios, los diabéticos, pacientes con hipotiroidismo, pacientes con secuela de un accidente cerebro vascular, párkinson, tendinitis no atendida a tiempo con fisioterapia, entre otros.
Qué hacer frente a un hombro congelado:
Si después de leer estas líneas cree que tiene un hombro congelado o está desarrollando uno, consulte a su médico para que le realicen un examen físico. El examen es bastante sencillo, no produce mayor dolor, su médico, le pedirá que realice una serie de movimientos para ver si existe o no restricción del movimiento, y se le pedirá algunos exámenes complementarios como Radiografía, Ecografía o Resonancia para detectar la causa.
El tratamiento para un hombro congelado va depender del resultado del examen clínico y de los exámenes solicitados, según eso su médico tomará medidas, podría recomendarle antiinflamatorios, analgésicos y fisioterapia. Actualmente hay un sin número de procedimientos que ayudan a la rehabilitación a que el tiempo de tratamiento se acorte y sobre todo podrían hasta regenerar algún tendón crónicamente inflamado (tendinosis) degenerado o desgarrado, entre ellos están los bloqueos nerviosos para calmar el dolor y facilitar el movimiento de la articulación, Plasma rico en plaquetas (PRP) en caso de desgarros, Proloterapia en caso de tendinosis, entre otros.
El objetivo es trabajar en equipo con los colegas que manejan estos procedimientos, Rehabilitación, Reumatología, Traumatología para lograr su pronta recuperación. Pasada la etapa del dolor, en fisioterapia nos preocupamos por mejorar la elasticidad de los músculos, mejorar el rango de movimiento con una serie de ejercicios que ahora se los pasaremos a mostrar y la parte más importante es mejorar la fuerza muscular para darle estabilidad a esa articulación, así como educar al paciente para evitar cargar peso y realizar todos los días sus ejercicios de estiramientos.
Ejercicios de estiramiento para hombro congelado:
Siempre caliente su hombro antes de realizar sus ejercicios de estiramiento. La mejor manera de hacerlo es tomar una ducha o baño caliente durante 10 a 15 minutos. También, puede ayudarse con una compresa de semillas, previamente calentada en el microondas.
Al realizar los siguientes ejercicios de hombro congelado, estirese sin provocar dolor, hasta el punto de tensión.
1. Estiramiento pendular
Haga este ejercicio primero. Relaje sus hombros. Parase e inclínese un poco, permitiendo que el brazo afectado cuelgue hacia abajo. Balancee el brazo haciendo un círculo pequeño. Realice 10 series en cada dirección, una vez al día. A medida que mejoren sus síntomas, aumente el diámetro del circulo, pero nunca lo fuerce. Cuando esté listo para más, aumente el estiramiento sosteniendo un peso ligero en el brazo oscilante.
2. Estiramiento con toallas
Sostenga el extremo de una toalla larga detrás de la espalda y agarre el extremo opuesto con la otra mano. Sostenga la toalla en posición horizontal. Use su brazo bueno para tirar del brazo afectado hacia arriba y estirarlo. Sujete la parte inferior de la toalla con el brazo afectado y tire de ella hacia la zona lumbar con el brazo no afectado. Haga esto de 10 a 20 veces al día.
3. Caminar con los dedos
Extienda la mano y toque la pared a la altura de la cintura con las yemas de los dedos del brazo afectado. Con el codo ligeramente doblado, pase lentamente los dedos por la pared, como una araña, hasta que haya levantado el brazo lo más que pueda. Sus dedos deberían estar haciendo el trabajo, no los músculos de sus hombros. Baje lentamente el brazo (con la ayuda del brazo bueno, si es necesario) y repita. Realice este ejercicio de 10 a 20 veces al día.
4. Alcance transversal
Sentado o de pie. Use su brazo bueno para levantar el brazo afectado por el codo y llévelo hacia arriba y a través de su cuerpo, ejerciendo una presión suave para estirar el hombro. Mantenga el estiramiento durante 15 a 20 segundos. Haga esto de 10 a 20 veces por día.
5. Estiramiento de axilas
Usando su brazo bueno, levante el brazo afectado sobre un estante a la altura del pecho. Doble suavemente las rodillas, abriendo la axila. Haga esto de 10 a 20 veces al día.
Empezando a fortalecer : A medida que mejore su rango de movimiento, agregue ejercicios de fortalecimiento del manguito rotador. Asegúrese de calentar su hombro y hacer sus ejercicios de estiramiento antes de realizar ejercicios de fortalecimiento.
6. Rotación hacia afuera
Sostenga una banda elástica de ejercicio entre las manos con los codos en un ángulo de 90 grados cerca de los costados. Gire la parte inferior del brazo afectado hacia afuera y manténgala presionada durante cinco segundos. Repita de 10 a 15 veces, una vez al día.
Autora: Dra. Jacqueline Príncipe L.
Especialista en Medicina Física y Rehabilitación