PREVENCIÓN DE NEUMONÍAS EN EL ADULTO MAYOR: «VIVE MÁS, RESPIRA MEJOR»

En la edad adulta, y especialmente en el adulto mayor, se presentan con mayor frecuencia problemas de salud, en especial enfermedades crónicas y degenerativas con sus complicaciones. Es por ello que a esta edad las personas requieren concurrir con mayor frecuencia a los servicios de salud.

La neumonía es una enfermedad de alto riesgo cuando se presenta en el adulto mayor. Es producida por diferentes agentes infecciosos, principalmente por el neumococo y el virus de la influenza. Las estaciones en que se presenta con mayor frecuencia son otoño e invierno.

Los buenos hábitos de salud, la buena alimentación e higiene, el descanso y el ejercicio físico, aumentan la resistencia a todas las enfermedades de las vías respiratorias y ayudan a la recuperación rápida.

Causas

  • Las edades extremas, es decir los que tiene mayor riesgo son los niños y el adulto mayor.
  • Exposición prolongada al frío sin abrigo suficiente y adecuado.
  • Exponerse a cambios a bruscos de temperatura.
  • Desnutrición.
  • Diabetes mellitus.
  • Tabaquismo.
  • Alcoholismo.

El adulto mayor tiene mayor riesgo de presentar complicaciones respiratorias debido a los cambios fisiológicos que ocurren con el envejecimiento, los mismos que implican una disminución de su reserva respiratoria. Esto hace que el ejercicio u otras causas como la neumonía aumenten el trabajo respiratorio, y pueda poner en evidencia esta disminución de la reserva respiratoria y desencadenar un cuadro de insuficiencia respiratoria que pueda colocar al paciente en condiciones críticas.

Medidas de Prevención

  • Vacunación contra la influenza, porque la neumonía es una complicación frecuente de la gripe o influenza.
  • Cuidados adecuados durante los resfriados, para evitar que estos se prolonguen o compliquen.
  • Buenos hábitos de vida, como alimentación saludable, higiene, descanso adecuado y ejercicio físico, los que además de la prevención ayudan a permitir una más rápida recuperación en caso de enfermedad.
  • Utilización de programas de rehabilitación respiratoria, en los pacientes con enfermedades pulmonares crónicas o cardíacas preexistentes.

¿Qué enfermedades incrementan el trabajo respiratorio?

Cualquier enfermedad que produzca un incremento de las demandas metabólicas, o sea mayor consumo de oxigeno, desde un simple resfriado, o enfermedad infecciosa como una infección urinaria.

Existen enfermedades o situaciones clínicas frecuentes de encontrar en el adulto mayor que contribuyen a la disminución de la reserva respiratoria, tales como: alteraciones músculo-esqueléticas, enfermedades neurológicas, enfermedades cardio-respiratorias, alteraciones endocrino metabólicas (diabetes mellitus, hipotiroidismo), alteraciones hidro-electrolíticas (deshidratación, hipernatremia, hiponatremia, hipopotasemia e hipercalcemia), debilidad generalizada por neoplasias, malnutrición, anemias y la acción de fármacos como hipnóticos, sedantes, etc.

¿De qué manera un programa de rehabilitación respiratoria puede prevenir estas complicaciones?

Enfocado desde varios aspectos y según el estado de salud de la persona.

1. Cuidados Posturales

Para mejorar la ventilación, evitar la congestión pasiva de los bronquios y disminuir el trabajo respiratorio.

2. Higiene Bronquial:

Mantener la permeabilidad de las vías aéreas:

En pacientes colaboradores que puedan estar o no encamados: Enseñar al paciente a realizar inspiraciones profundas, toser y expectorar; si es necesario usar aerosoles simultáneamente, realizando inspiraciones lentas y profundas para ser un mejor rendimiento. Se aconseja beber abundante líquido (si no está contraindicado) para fluidificar las secreciones y favorecer su expulsión.

En pacientes poco colaboradores o muy incapacitados: la fisioterapia es asistida o pasiva según el caso y debe ser instaurada de forma precoz, con la finalidad de eliminar las secreciones de los bronquios del paciente, incluso puede ser necesario la utilización de equipos que ayuden a incrementar los volúmenes pulmonares, estimulación mecánica de la tos, expectoración asistida y, en último caso, aspiración con sonda.

3. Ventilación Adecuada:

Utilizando técnicas de fisioterapia dirigidas a mantener una adecuada ventilación, previniendo el colapso de los pulmones. Pueden ser realizadas con plena colaboración del paciente, de manera asistida, y si éste no pudiera colaborar se puede utilizar equipos mecánicos.

Reeducando al paciente en su patrón ventilatorio, entrenándolo en el uso de la respiración diafragmática.

Mediante estas técnicas se hace trabajar los músculos respiratorios y se mantiene la flexibilidad de la caja torácica, con la finalidad de optimizar y la ventilación y por tanto el intercambio del oxígeno (O2) y del anhídrido carbónico (CO2).

4. Reeducación de la Musculatura Orofaríngea:

Mediante ejercicios labiales y linguales, y con posturas adecuadas para prevenir y tratar la disfunción en la deglución.

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